viernes, 4 de junio de 2010

Rafaek Ximeno






Es un pintor español nacido en valencia. Algunos de sus trabajos estan en la catedral Metropolitana de la Ciudad de Mèxico y en la Basilica de la Asuncion, en el municipio murciano de Cieza España.
Valenciano de origen, fue un artista pensionado por la Academia de San Fernando de Madrid para estudiar en Roma, tradición por excelencia de las Academias europeas de mandar a los mejores estudiantes a dicha ciudad. Su maestro fue Antonio Rafael Mengs, uno de los artistas más significativos del siglo XVIII. Otra influencia que recibió fue la obra de Giambattista Tiépolo. En México es mejor conocido por sus retratos, entre los que se cuentan los de Manuel Tolsá y Jerónimo Antonio Gil.

Estas dos obras específicamente manifiestan ya un alejamiento de los cánones barrocos novohispanos, puesto que el pintor no recurre a las grandes cartelas, escudos o inscripciones característicos. Otra obra interesante es la pintura mural El Milagro del Pocito en la Capilla del Colegio de Minas realizada al temple entre 1809 y 1814. Sin embargo, la obra que le dio fama fue la que realizó en la cúpula de la Catedral de México, La Asunción de la Virgen, en la que Toussaint destacaba la influencia de Tiépolo en cuanto a la composición derivada del barroco repleta de ángeles, nubes y personajes que parecían abrir el cielo. No obstante esta obra fue destruida en el incendio de 1967.

"Retrato de Jerónimo Antonio Gil"



Rafael Ximeno y Planes A partir de la fundación de la Academia, el modo de ver el arte cambió en México. Así como sucedió en Europa, el arte pasó de las instituciones religiosas a las galerías y colecciones del siglo XIX, por lo que se volvió un arte de poco acceso al público y concepción elitista. Precepto que, aún permanece en lo colectivo de nuestros días, aunque los muralistas del siglo XX hayan concertado un tipo de arte democrático. Como hemos visto a lo largo de esta investigación, el arte novohispano es esencialmente religioso, al igual que muchas obras encontraron su origen en la devoción, en los pedidos de instituciones eclesiásticas o el simple afán por explotar la rica iconografía cristiana. Pese a ello, el desarrollo de la pintura colonial fue mucho más libre y original si la comparamos con la producción dentro de la Academia. El neoclasicismo imperante a partir de la fundación académica, legó obras de gran valor artístico y de comparable estética frente a Europa, pero siempre bajo preceptos similares, si no es que iguales. Debido a esto, el arte fuera de la Academia, en concreto el provincial, es mucho más original e interesante que las obras académicas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario