lunes, 14 de junio de 2010



El Pánico (también conocido como Grupo Pánico) es un movimiento fundado por el dramaturgo y cineasta Fernando Arrabal; el escritor, filósofo, psicomago y director de cine chileno Alejandro Jodorowsky y el pintor y actor francés descendientes de judíos polacos Roland Topor en París, en 1962.

Las primeras experiencias pre-pánicas parten de las obras del primer teatro de Arrabal, cuya cronología el catedrático Torres Monreal establece entre 1953 y 1961 , así como de la dirección de Teatro de Vanguardia por Jodorowsky en Ciudad de México en torno a 1958/1959.

Arrabal y Topor se conocen en París en 1960 y ese mismo año Jodorowsky llama a Arrabal a París (el chileno había dirigido obras del español en México) y viaja para conocerlo. Arrabal y Jodorowsky comienzan a frecuentar a André Breton en el café La Promenade de Venus, juntándose con los últimos miembros del surrealismo. Pero este movimiento ya estaba en decadencia y las divergencias generacionales eran palpables por lo que tras tres años de reuniones abandonan a Breton y realizan las primeras reuniones pánicas por su cuenta, con Topor, en el Café de la Paix, de París.

El nombre se inspira en el del dios Pan, el cual se manifiesta a través de tres elementos básicos: terror, humor y simultaneidad. Jodorowsky declara que el calificativo Pánico se le ocurrió a él (véase el documental Arrabal, cineasta pánico) ya que creía que el movimiento debía tener un nombre propio, pues más que un epígono post-surrealista, se trataba de una especie de neo-Dadá.

Otros estudiosos aseguran que fueron Arrabal y Topor los inventores del término y quienes definieron las relaciones del movimiento con la ciencia, la filosofía, el ajedrez, la confusión y el azar.

El Movimiento Pánico es una expresión artística que pretende anunciar la locura controlada como supervivencia ante una sociedad en crisis de valores (la sociedad posmoderna). Sus autores sugieren un universo barroco, preciso, de un mundo delirante y matemático; una mezcla de contrarios: de amor y odio, tragedia y comedia, mal gusto y refinamiento estético, el sacrilegio y lo sagrado, lo individual y lo colectivo; el ritual ceremonial: en actos trascendentales de la vida; la visión onírica, y a veces cruel y satírica de la vida, la sinrazón del mundo; la repetición de las cosas, a veces se concibe el tiempo de manera circular. “El objeto -escribe Arrabal- no es el de descubrir que es la confusión sino tan sólo lo que se puede decir sobre ella¨.

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